Había llegado el momento. Habían pasado muchos años juntos ya y era el momento de revelárselo. Estaba muy preparado.
El sabía que podía hacerlo, podía hablar en confianza, sin dobleces, sin tapujos. Podía hacerle partícipe del secreto.
Fue en el momento menos pensado y en el un lugar cualquiera. Lo contó todo, de la a a la z, desde alfa hasta a omega, pasando por gamma y ypsilon.
Durmió tranquilo pensando que su secreto reposaba en un lugar seguro.
Pasó poco tiempo cuando escuchó el eco de su voz en los labios de alguien cualquiera.
Enmudeció, palideció, y comprendió, que, una vez más, se había equivocado
2 comentarios:
Ohhh, y lo digo porque llegué a ti porque pedías el voto para la casa azul "tú que habías decidido que tu amor ya no servía"; y porque es terrible confiar en alguien, y ver como te decepciona.
Yo no soy muy de contar secretos, ni confidencias, y cuando lo he hecho, no he llegado a saber que mis palabras se repetían luego por ahí...
Pero debe ser desagradable.
En cualquier caso, si traicionan algo es a sí mismos, creo, porque... ¿? Aunque contara todo lo que le dijiste, ¿qué suponen todos esos datos sueltos?
La mayoría de las personas, no escuchan, y aunque lo hiciesen, ni si quiera se dan cuenta de hasta qué punto te afecta algo, o qué, en concreto, es lo que te afecta...
Y aún así, pienso, tampoco cambiaría nada;
pierden ellos, su honestidad; tu vida es tuya, y por mucho que la cuenten, sigue siendo tuya.
Un abrazo mío
Equivocarse es de sabios niño, lo sabes. Y nos seguiremos equivocando y seguiremos recayendo unos en otros a la vez que encontramos las palabras de consuelo que nos hacen falta, luego esas mismas palabras se las diran a otro, pensando tú que eran únicas...
No desesperes :P
Un besote!!!!
(no me gusta lo de la palabra de verificación)
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